Shiver

Un nuevo lunes en el que me dediqué a hacer nada. Me dediqué a estar en la computadora, hacer resúmenes de literatura y escuchar música. Me dediqué a seguir mirando información de la cámara que quiero, me dediqué a mandar mensajes. Me dediqué a pensar en cosas que quiero para mi fiesta de egresados, para mi viaje a Bariloche.
Hasta que se hicieron las 6:55 y (shit) tenía que ir al gimnasio. Y ahora me pregunto, ¿Porqué camino tan en mi mundo? Puede pasar un familiar mío por al lado en la calle que yo no me voy a enterar. En fin, la cosa es que el ver un tumulto de gente y un patrullero no hizo que cambiara de calle. Hasta que tuve que frenar con fuerza. Ahí estaba. La puta madre.
¿Quién me hubiera dicho? A partir de esto se avalanzaron miles de reflexiones hacia Sofía again and again and again:

• Nunca vi algo semejante. Nunca me lo imaginé. ¿Mi reacción? Quedé helada, me empezó a temblar todo el cuerpo y esa sensación de sentirme tremendamente inutil. Quería ayudar pero a la vez no tenía cómo y sentía una impotencia horrosa. Ganas de llorar. Ganas de saber cómo está. Ganas de que la ambulancia llegara YA.
  
• Mientras yo escribía que quería mi cámara Nikon, ese flaco estaba a lo mejor en su cuarto con miles de cosas en la mente que lo llevaron a terminar como terminó. A cuadras de mi casa, yo esuchaba música y a la vez pasaban cosas graves.
  
• Nuevamente la frase "uno se queja por boludeces". Hasta me llegué a sentir mal!!! Me dio hasta vergüenza, nose.
• Lo que es la vida. Lo que es imaginarse cada historia de cada persona que vive en esta ciudad. ¿Qué le pasó por la cabeza antes de hacer lo que hizo? ¿Cómo puede ser que se llegue a una instancia tal? Uno no puede juzgar, la verdad, que no puede juzgar a nadie.

Nada, nose. Pasan las horas y sigo helada. A pesar de que no hay lazo afectivo alguno con el chico me siento angustiada. Impresionada.
Cosas de la vida, yo que se. El destino hizo que yo terminara ahí.