La confianza es una hipótesis sobre la conducta futura del otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción de un otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del tiempo.
La confianza se va construyendo con el tiempo. Es como un castillo de cartas. Uno va colocando las cartas de a parejas, las cuales se sostienen una a la otra. Si una falla, la otra cae. Si una deja de sostener a la otra, deja que la otra caiga sin manera de salvarse, sin manera de recuperar su estado. Esta pareja que se sostiene va obteniendo más parejas iguales a su lado, y al pasar el tiempo, al observar que éstas parejas no se derrumban, se sostienen, confían su estabilidad en la otra, aparecen los pares de cartas encima de ellas. Además de tener que seguir equilibrando, ahora tienen un peso. El peso del tiempo, el peso de los nuevos pares de cartas que su poder de estar estabilizadas permitió. Las cartas subsisten aún así con las nuevas parejas. Es muy difícil construir el castillo. Es muy difícil construir la confianza. El castillo se arma de a pares. De a dos. Si una carta de la pareja deja de cumplir su función, si una de las personas hace que esta confianza flaquee, la carta de al lado cae. Cae la pareja que está encima, cae la pareja de al lado. Cae el castillo. La confianza que se fue formando con equilibrio, seguridad, y tiempo, se desmorona en menos de un segundo.
No sigas construyendo un castillo de confianza con cartas de papel, con cartas falsas, cartas mentirosas. Tarde o temprano esas cartas por la lluvia se arruinan, o simplemente caen. Y sino es así, si de mismo modo optás por usar las cartas falsas, date cuenta de que no tiene sentido. De nada sirve un castillo con cartas que no sirven, pierden su función.
"Todo menos mentiras, por favor"
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