lunes, mayo 24

365 días

Escalofríos son los que siento al imaginarme qué hubiera pasado, hace 365 días, si no hubiera hecho lo que hice. ¿Dónde me encontraría ahora? ¿En qué situación? Al mirar atrás sólo puedo bajar la mirada para evitar que se note la enorme sonrisa que produce en mi esta memoria.
Hace 365 días, me encontraba cayendo en la realidad de que había logrado empezar una nueva hoja. Esa hoja que tantas veces rogué y escribí en mi blog. Y sin pensarlo vino sola, cayó del cielo. Impresionante es pensar las veces que imaginé esta nueva hoja, las veces que me angustié por miedo a reconocer que tenía que arriesgarme otra vez. Tonta. Tenía tan cerca el mejor cambio y no me animaba a tomarlo.
Hoy agardezco a Dios que me haya hecho pensar bien las cosas. Que haya aprendido de mis errores y poder ver esa buena, buenísima hoja nueva. Nose dónde ni cómo estaría ahora. Porque con esta nueva hoja, no sólo vino una nueva experiencia, una nueva persona a mi lado, sino que vino el adiós a muchos pensamientos que no eran buenos y no me permitían tal vez, disfrutar de las demás cosas. Disfrutar de todas mis noches de fines de semana, disfrutar de mis mañanas en el colegio sin tener algo secundario en mi cabeza que no me dejara despejar.
Es imposible que no escriba algo al respecto. Porque es una fecha en la que me di cuenta de muchísimas cosas. Pero mas que nada, el ver que tuve a mi hoja nueva siempre tan cerca es lo que más me hace sonreír. No puedo pensar en algo mejor.

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